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Tipología de las voces en la ópera

La voz es un elemento sine qua non en una gala lírica. Es un instrumento musical intrínseco al ser humano y del que grandes genios de la composición, como Giacomo Puccini, han sacado algunas de las páginas más bellas y memorables de toda la historia de la música. Pero, ¿sabríamos diferenciar los diferentes tipos de voces que existen? ¿Podríamos hacer una clasificación básica?

Una vez aplicado el evidente criterio de clasificación por género y habiendo diferenciado entre femeninas y masculinas, lo más acertado es atender a la tesitura, es decir, aplicar una organización según el segmento de extensión donde la voz se desenvuelve con mayor comodidad y donde optimiza al máximo su rendimiento. Esta tesitura suele abarcar aproximadamente dos octavas. Según la tesitura de las voces podemos clasificar, de agudo a grave, las femeninas en soprano, mezzosoprano, y contralto y las masculinas en tenor y barítono y bajo.

Sopranos. En la antigua polifonía renacentista a cuatro voces, a la más aguda se la denominaba cantus y con el tiempo pasó a ser la voz soperanus, voz superior, de arriba. De ahí la actual denominación. Por tanto, corresponde a la voz más aguda de mujer.

Normalmente, las sopranos se subdividen en tres tipos ya que, en una ópera, se intenta que cada papel sea interpretado por una voz que, además de cubrir bien la tesitura exigida en la partitura, se adecue lo máximo posible al temperamento y características del personaje. Es por este motivo por el que podemos hablar de: soprano ligera, soprano lírica y soprano dramática.

En nuestra Gala Lírica contamos con tres de sopranos: Lidia Lunetta, Shoko Okada y Micaela Sarah D’Alessandro; todas ellas sopranos. Pero todas diferentes. Puccini cuidaba mucho las figuras femeninas que aparecen en sus óperas e impregnaba las partituras de grandes referencias al carácter de sus personajes, de ahí la necesidad de utilizar tres sopranos diferentes si queremos adaptar las voces de la mejor forma posible a los personajes que se van a interpretar en este concierto.

Las sopranos ligeras son las más agudas y tienen su brillo casi exclusivamente en el registro de cabeza. Suelen tener un volumen pequeño, así como la levedad suficiente para deslizarse fácilmente por las rápidas coloraturas. A menudo, este tipo de voces se emplea erróneamente colocándose en papeles de importantes agudos pero cuyo carácter necesitarían de una voz con más densidad y peso. Por ejemplo, un caso muy clarificador, en el personaje de la Reina de la noche de La Flauta Mágica de Mozart colocar una soprano ligera sería un error ya que por los agudos sí funcionaría, pero el carácter del personaje requiere mayor robustez, lo ideal sería emplear una dramática con agilidad, pero no una ligera pura.

Papeles para soprano ligeras podrían ser los personajes de Norina en Don Pasquale de Donizetti, la Nannetta del Falstaff verdiano, la Olimpia de Los Cuentos de Hoffmann de Offenbach, …

Con un punto más de amplitud de resonancia estarían las sopranos lírico-ligeras, capaces de impregnar mayor fuerza expresiva a sus personajes. Ideales para los papeles de las criadas en las óperas de Mozart.

El papel de Musetta en La Boheme de Puccini, es ideal para una soprano lírico-ligera. También, la Lauretta que canta el famoso “O mio babbino caro” de Gianni Schicchi sería una lírico-ligera. En nuestra Gala Lírica, será Micaela Sarah D’Alessandro nuestra soprano lírico-ligera.

Las sopranos líricas, por su parte, tienen un timbre cálido y con carácter. Corresponde al tipo más común de sopranos. Pasan la mayor parte del tiempo en un registro central pero sus incursiones en los agudos son más que destacables. El papel por excelencia para soprano lírica es el de Mimi de La Boheme. Pero hay otros ejemplos como el personaje de Liù en Turandot de Puccini, Micaela de Carmen de Bizet o Doña Anna del Don Giovanni mozartiano. Será la soprano Lidia Lunetta la encargada de dar vida a Mimí en nuestro concierto.

Entre la soprano lírica y la dramática, existe la soprano spinto que viene a ser una lírica con cierto timbre más penetrante y que para ciertos papales puccinianos como Manon, Tosca o Madama Butterfly ya pueden venir muy bien.

Por su parte, la soprano dramática tiene un timbre oscuro y poderoso en el registro de pecho. Como veremos en nuestro concierto en la voz de Shoko Okada, se adecua genial a personajes de marcadísimo carácter como Turandot. Otros papeles ideales para este tipo de voces son, por ejemplo, la Elektra de Strauss o la Brünnhilde de la Tetralogía Wagneriana.

En cuanto a las Mezzosopranos, se caracterizan porque tienen una robusta resonancia de pecho y un timbre oscuro. En ocasiones, se podría confundir con una soprano dramática, pero será la extensión de su tesitura lo que las diferencie ya que suelen quedarse en un Do5. Entre las Mezzosopranos también se puede aplicar la división de ligera, lírica o dramática. Son especialmente característicos para mezzosoprano los papeles verdianos de personajes siniestros u oscuros como Azucena en El Trovador, Amneris en Aida o la Princesa de Eboli del Don Carlo.

Puccini utilizó muy puntualmente la voz de mezzosoprano. Tan sólo en 2 de sus 18 personajes femeninos. Uno corresponde al papel de Tigrana de la ópera Edgar y el otro a Suzuki de Madama Butterfly.

La voz de Contralto es la más grave de las voces femeninas y es muy difícil de encontrar. Pensemos que de todo el mundo, tan sólo existiría un 2% de mujeres con voz de contralto. Por motivos prácticos es poco utilizada en la ópera, pero Puccini la emplea en el personaje de Zia Principessa de su ópera Suor Angelica, un personaje malvado, estático y rígido que se apoya en el timbre de contralto para expresar toda su fuerza destructiva.

Si pasamos al bando masculino, todas las apreciaciones que hemos comentado para clasificar las voces femeninas las podemos aplicar al hombre de manera casi simétrica. Es decir, de agudo a grave los clasificaremos en tres grandes grupos: tenores, barítonos y bajos. Y dentro de cada grupo podremos también diferenciar entre ligero, lírico y dramático y subcategorías de lírico-ligero, spinto, etc.

El tenor ligero es una voz muy ligera con grandes coloraturas y, a menudo, poco volumen. Muy utilizado en el estilo del bel canto por autores como Rossini o Donizetti. Mientras que con un poco más de peso en la voz, pero sin perder agudos y agilidad, tendríamos el lírico-ligero. Quizá el rol de lírico-ligero más conocido sea el de Tamino de la Flauta Mágica de Mozart. Por ilustrar un poco, el gran Alfredo Kraus es un ejemplo magnífico de tenor lírico-ligero.

Para los personajes asociados al tipo de voz de tenor en las óperas de Puccini, se utiliza el tenor lírico o el lírico spinto que tiene un poco más de metal en el timbre. En la Gala Tutto Puccini, Alessandro Fantoni pondrá voz a Mario Cavaradossi (Tosca), Pinkerton (Madama Butterfly) o Rodolfo (La Boheme).

El otro tipo de voz masculina más común es el barítono. Con graves brillantes y agudos oscuros. Uno de los principales barítonos a nivel internacional es el malagueño Carlos Álvarez, aunque en nuestro concierto será Raffaele Raffio quien dé vida a los personajes de barítono más destacados de las óperas de Puccini.

Y por último, la voz masculina más grave, la de bajo es más difícil de encontrar y destaca especialmente por ser muy profunda, potente y de color oscuro. En ocasiones, podemos encontrar que hay bajos y barítonos que se sitúan como bajo-barítono siendo capaces de interpretar papeles de ambos tipos debido a su amplia tesitura. Una de las páginas más célebres escrita para bajo por Puccini es la “Vecchia zimarra” que canta Colline en La Boheme y que podremos disfrutar en la voz de Davide Mura en nuestra Gala lírica Tutto Puccini!

 

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